Empoderamiento.
Con mis conferencias, ya he tomado mucha práctica para reconocer los rostros de aquellos abiertos al aprendizaje y listos para el crecimiento.
En cuanto entro al salón puedo identificarles. Miran con atención, y dispensan una sonrisa franca.
De muchas de esas he recibido testimonios muy poderosos, con cambios radicales que han traído como resultado, nuevos ascensos en el aspecto personal y profesional.
Yo, tengo mis “trucos”, cuando subo al escenario, para romper esos primeros minutos de “hielo”, identifico esos rostros y me dejo guiar por la confianza y entusiasmo que proyectan.
¿Qué tienen en común y que los hace distintos?
¡4 ACTITUDES DE LOS QUE VAN POR MAS!
1- Son Receptivos: Son como antenas parabólicas, están abiertos a captar la señal. Listos para recibir el mensaje y extraer las enseñanzas que puedan aplicar a sus vidas.
2- Abiertos a los cambios: Cuando comenzamos en las dinámicas a trabajar sobre el cambio, son los primeros que se muestran dispuestos a realizar las mismas. Reconocen que solo en el cambio hay crecimiento por eso, aunque puedan generar temor, están dispuestos a abrirse a ellos.
3- Son Empáticos: Hay algunos que no tienen temor a expresar lo que sienten públicamente, otros que son muy reservados, pero en común tienen que pueden conectar con las emociones de ellos y de otros. Interactúan con sus emociones y crean vínculos con otros.
4- Sueñan… despiertos: Una de las cosas que he aprendido en este camino es que nos damos más permiso a hablar y pensar de las cosas que no queremos, que a tomar tiempo para visualizar y proyectar lo que sí deseamos. Cuando este grupo reconoce el poder que hay en soñar, lo ejerce y lo disfruta y le saca provecho, accionando para materializar sus sueños.
Tú decides cual rol te queda más apropiado, el de víctima de tus circunstancias o el de protagonista de tu vida. Las actitudes con las que asumas los cambios, la libertad que te des para mirarte interiormente y descubrir que te frena, así como lo que te dinamiza y lleva a un nuevo nivel… están en ti.
¿En cuál de estos grupos te reconoces?
Lo mejor de todo es que no estamos obligados a permanecer en uno u otro. Puedes escoger… al fin y al cabo, “la vida es una cuestión de elección.”