Por Tania Báez

Llegar a los 50, 60 o incluso 70 no ha sido para mí una señal de pausa, sino una oportunidad para reinventarme.

Hoy más que nunca, siento que cada década es una etapa de esplendor.

Reinventar la madurez ha sido para mí una declaración de poder y libertad.

La madurez como poder

En esta etapa he descubierto mi verdadera fuerza.

Me he liberado de las inseguridades del pasado y he abrazado mi sabiduría, mis decisiones y mi ritmo.

Como compartí en este post de Instagram:
"Hoy tengo 59. Más sabia, más feliz, más llena de propósito y profundamente amada".

Reinventarse con acción

Reinventarme ha sido acción: volver a estudiar, iniciar proyectos personales, reconectar con pasiones olvidadas.

Cada etapa tiene un regalo, si decidimos buscarlo.

Inspiración diaria

He aprendido que rodearme de personas y contenidos inspiradores es clave. Por eso creé la comunidad de mujeres Espléndidas, donde cada historia suma y nos recuerda lo poderosas que somos.

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